29/7/12

(Sin título).






He escapado tantas veces de ti y de todos. He hecho tantos viajes sin sentido tratando irónicamente de encontrarlo. He regresado de las puertas del infierno de tus brazos, ese lugar que tiene un cartel de bienvenida iluminado. 
No puedo adivinar cuando será el día en que comprenda que debo quedarme, ni cuando podré decidir marcharme al fin para siempre. Tampoco sé si me hubieses amado de no ser quien soy o creo ser.
Ojalá tuviera líneas decentes que dedicarte, como aquellos días en los que sabíamos todo sin contárnoslo. 
Entregaría nuevamente, sin duda, la dicha de la ignorancia... Si hoy pudiera saborear los amaneceres. Si pudiera mover el café y endulzarlo mirándonos. Si fuesen de tu teléfono las llamadas. Si aparecieras de pronto, como antes, y te guindaras a mi espalda. Si el calendario tuviese doce noviembres como aquel.