29/7/12

(Sin título).






He escapado tantas veces de ti y de todos. He hecho tantos viajes sin sentido tratando irónicamente de encontrarlo. He regresado de las puertas del infierno de tus brazos, ese lugar que tiene un cartel de bienvenida iluminado. 
No puedo adivinar cuando será el día en que comprenda que debo quedarme, ni cuando podré decidir marcharme al fin para siempre. Tampoco sé si me hubieses amado de no ser quien soy o creo ser.
Ojalá tuviera líneas decentes que dedicarte, como aquellos días en los que sabíamos todo sin contárnoslo. 
Entregaría nuevamente, sin duda, la dicha de la ignorancia... Si hoy pudiera saborear los amaneceres. Si pudiera mover el café y endulzarlo mirándonos. Si fuesen de tu teléfono las llamadas. Si aparecieras de pronto, como antes, y te guindaras a mi espalda. Si el calendario tuviese doce noviembres como aquel.


20/12/11

24 de junio

Vaciando botellas sin encontrar respuestas o premios al fondo. Ni siquiera un malnacido mensaje de "siga intentando". Sólo otra manera distorsionada de ver este mundo de por sí abstracto... Tampoco apareció tu imagen detrás de las etiquetas, aunque escuché tu nombre en cada sorbo y, como si de un árbol milenario se tratase, tus iniciales se me fueron tallando con más intensidad en cada choque del hielo con los vasos de cristal.


25/10/11

Itinerario simple de tu ausencia.

Hoy no has venido al parque.

Podría ponerme a recoger del suelo

la luz desorientada y sin objeto

que ha caído en tu banco.

Para qué voy a hablar

si no está tu silencio.

Para qué he de mirar sin tu mirada.

Y este reloj del corazón que espera

golpeando y doliendo.

Esta noche de luna, y tú, lejana.

Necesito a mi lado tus preguntas

y encontrarte en el aire vuelta brasa,

vuelta una llama dulce,

vuelta silencio y regazo,

vuelta noche y reposo, como cuando

guiábamos la luna nuestra hasta la casa.

Qué manojo de rosas olvidadas.

Qué tibia pluma y mansa luz,

tu cuerpo como un árbol,

como un árbol gritando,

con tanto poro abierto, con tanta sangre

en olas dulces elevándose.

Oh, sagrado torrente del naufragio.

Cómo amaría perderme

y encontrarte.

Isaac Felipe Azofeifa

1/5/11

Partí de tus brazos.

Partí de tus brazos sin saber a dónde iba. El barco nos empequeñecía hasta hacernos desaparecer. Con temblor. Ahora no me reconozco. Sólo espero que de mí nazca otro hombre unido. Ojalá pudiera devolverte el resplandor que me entregaste. Te pertenece, pero estoy estancado, estancado como una piedra y no podré buscarte.

Rafael Cadenas

30/3/11

"La culpa es de uno". Fragmento.


"Hace mucho, muchísimo,
que yo no me enfrentaba,
como anoche, al espejo
y fue implacable como vos,
mas no fue tierno.
Ahora estoy solo,
francamente solo...
"



Mario Benedetti

26/3/11

Si Dios te dio los sentidos

Huele este océano

De tristeza que llevo,

En lugar de sangre,

Dentro de mí.

Toca el pánico,

Los nervios, las mariposas,

El sueño, el éxtasis

Cuando tiemblas de risa,

Las ganas de vida

Que provocas.

Lame suavemente

La rabia, el desquicio,

La sensación de abandono,

De saberte cerca

Y no tenerte.

Escucha cómo se quiebra

Mi corazón

Cuando te llevas

La felicidad

Como arrastrando a un perro necio.

Mírame y le habrás

Estrechado la mano

A la derrota.

8/1/11

Probando Bolígrafos

Yo no sé si tú también mueres por verme a los ojos todos los días y, con ellos, intentar hablarme. Desconozco si sientes nervios antes de decirme algo que creas importante. Ignoro si, al abrazar una almohada, imaginas que es mi espalda o mi pecho. Y si te sonríes en la oscuridad soñando algo que deseas que suceda (y que sepas, además, es imposible). Tampoco tengo manera de saber si me recuerdas al ver algo en la calle... Y si te lamentarás porque no estoy contigo para compartirlo.

No tengo la más mínima idea de si piensas o dudas antes de llamarme o simplemente te da igual y lo haces como se hacen todas las llamadas (por necesidad, costumbre o por evitar la soledad).
De lo que estoy segura es que yo sí muero, siento, te imagino, sonrío al recordarte (aunque eso quiera decir que últimamente ando con la cara de imbécil al cuadrado). Además, pienso antes de llamarte porque dudo que quieras hablarme o que al menos tengas tiempo para mis estupideces. Y si nada de esto te pasa conmigo, no sé si prefiero seguir comiéndome el coco o seguir comiéndome el cuento de que sí.