13/12/09

¡Es contigo!




Dejar de escribirte es más difícil que dejar de fumar. Ésto último ya lo he hecho unas ocho veces. Pero amarrarme las manos, cortarme los dedos, prohibirles que abracen un lápiz, una pluma. Que no salten sobre el teclado del ordenador para gritar sobre los campos de texto todo aquello que mi boca no se arriesga a susurrar. Es sencillamente imposible.
Es verdad, daría la vida por ti de ser necesario, pero lo que más duele es saber que no te das cuenta que no me necesitas realmente y sigas insistiendo, buscando un encuentro que ni por error se va a dar.


Mira a tu alrededor, tienes todo lo que quieres y más aún, tienes a la persona que más quieres. Tú, por lo menos, figuras entre mis fotografías. Yo no estoy en el cuadro. Abre bien los ojos, presta atención. No te hago falta. Soy, apenas, una letra, un píxel, un kilobyte de memoria que he borrado de tu mentira. Desaparecí en ese remolino de fuego que es tu espalda. Te he hackeado la cuenta de los abrazos que me hicieron dejar de ser ese personaje inanimado. Todo fue ficción. Observa. Se están terminando los créditos, cariño. La película ya fue editada, recuerda. Sólo fui un "outtake".


Río al percatarme que esto no vas a leerlo y si lo llegas a hacer, por obra y gracia de algún afamado buscador, creerás que es para ti, te lo apuesto. Pero nunca lo sabrás.
Serás, en mi álbum, una imagen deteriorada por las décadas. Y en mi esencia/alma/mente/corazón, la certeza de que fui feliz un par de días y el lamento idiota de haberte dejado ir.




5/12/09

Entonces (Microrrelato)


Por LVI




Él ya lo sabía. Había caído en las redes de sus pupilas. Sabía que no existía parche capaz de hacer que dejara de fumarse su olor. No podía; ya había cometido el celestial error de dejarse encantar por aquella voz. Una vez más se sabía perdido, sin retornos ni salidas. Vagando por sus pestañas, dando tumbos por sus pómulos.

Era la primera tarde en el café en la que conversaron más a fondo acerca de sus vidas. Un hombre de rasgos asiáticos casi gritaba al teléfono en su lengua materna y se reía soltando bocanadas de humo al compás de la carcajada. La mesera conversaba con una pareja sentada más lejos y hacía chistes sobre una loca noche en el bar de un tal Fernando.


-Entonces no quisiste ser veterinario…

-No… Yo… acostumbro abandonar todo aquello que me guste…

-¿Cómo? –se sorprendió.

-Tengo tendencia a la adicción… de cualquier cosa que me guste…

-Así que debo deducir que no te gusta hablar conmigo.

-Ja… pero… no, cómo crees… si pasamos siglos hablando… yo, bueno, tú sabes, lo disfruto y tú…

-Entonces, ¿por qué sigues haciéndolo?


Él ya lo sabía. Lo sabía desde sus párpados hasta sus venas. Pero, ¿cómo diablos podría explicárselo a ella?

2/12/09

Todavía



(Hoy no habrá foto. El lugar existe, pero no tengo ganas de buscar una imagen que huela a sal.)




Sé que estuve aquí. Que era de noche y que no había luz. Que en la tienda me entregaron cuatro o seis cervezas, a duras penas, frescas. Sé, también, que no me importaba. Que quería embriagarme; estar feliz. Aunque estaba feliz y muriéndome.

Olía mucho a mar… Para llegar a la playa había que cruzar esa calle. Puedo jurar que estaba la luna, rastreando, buscando dónde ver su reflejo dentro del agua. Había tráfico, no era muy tarde. Sé que me sentía libre por causa del mismo olor y del infantil hecho de que podía cruzar la calle a aquellas horas. Aún lo hago.

Pero también sé que la luna encontró tus ojos inmensos y olvidó el mar. Y sé, además, que yo los había encontrado primero. Y que no había recordado nada de lo anterior, sino ahora, cuando empiezo a olvidarte.


8/8/09

Haiku

Otra foto que lanzo al vacío con la esperanza de que alguien la robe.




Me gustaría
mirar todo de lejos,
pero contigo.


Mario Benedetti



30/6/09

Corbatas

Por LVI



Y después de todo esto, qué.
Qué, después de las piedras, los ríos y la ecología mal vendida.
Qué, luego de las mentiras hechas cifras.
Después del sol y sus orgasmos de sudor.
Después del niño con saltos de agua salada en sus mejillas
y el cuerpo de la voz que le grita histéricamente.

¿Haremos la diferencia? ¿Volveremos al mundo a la normalidad?
¿Vendrá esa tormenta de arena salida de las vísceras de la nada
a despojarme de uno de mis sentidos vitales
para hacerme menos vulnerable?

¿O nos uniremos irreversiblemente a esa comunidad de maestros
perfumados con cebada que no saben qué hacer con sus camisas,
corbatas y almas agrietadas, y de los que tanto nos quejamos?



18/6/09


¡Cansada y mortalmente enferma del ridículo y eternamente inservible oficio de defenderme!

16/6/09

Corregir

Por LVI




"Has llegado tan impuntualmente a mi vida,
que he decidido corregir todos los relojes
hacia tu posibilidad..."


Leonardo Padrón


14/6/09

Ninguna canción

By LVI



Créeme: tengo todas las intenciones de olvidarte, pero me resultan tan crueles mis métodos, que siento que me voy a desangrar de tanto luchar contra la corriente. Sin embargo sigo y vuelvo a tropezarme con la noticia de que alguien se tropezó contigo. Espeluznante.

Todo se ve tan nítido esta noche. Tan sospechosamente nítido, que temo que tantas cervezas terminen teniendo la culpa de mi llanto abrasivo y no quiero. Me niego a llorar esta noche. Hace tanto que no me emborracho ni lloro por causa tuya, que me da lástima quebrar esa mentira que tanto me ha costado construir. Ninguna canción me ayudará ni a lo uno ni a lo que no. Pero es ineludible apoyarse una vez más en el maldito cristal de la ventana. El mismo cristal que florecía de tus ojos indomablemente y que tanto me rasgó el espíritu.
Me siento enferma. Ya no sé si me duelen más esas lágrimas de vidrio que me empujaban a traerte el mundo, o la convicción de que eres feliz conmigo, fuera de tu vida. Me jode mucho no saber eso. Me jode saber que me joden las dos cosas, pero más me jode estar segura de que me destruye lo segundo.

Es 1983. Ni tú ni yo hemos nacido.
Sting canta "Every breath you take" con The Police. Parece que tendrá un futuro genial...
Pasan más de 20 años. Acabo de darme cuenta de que no hay nubes esta noche. Quizá por eso...
Y la vieja y famosa melodía me está matando.


Me dueles

Me dueles.
Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza, córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.

Entre los escombros de mi alma búscame,
escúchame.
En algún sitio mi voz, sobreviviente, llama,
pide tu asombro,
tu iluminado silencio.

Atravesando muros, atmósferas, edades,
tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.

¡Qué claridad tu rostro, qué ternura
de luz ensimismada,
qué dibujo de miel sobre hojas de agua!

Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas,
del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir.


JAIME SABINES

17/5/09

... a otras miradas

LVI



Sin saber qué hacer con esta noche,
imposiblemente negra.
Y el faro que solía dibujar tu contorno,
interminablemente luminoso.
Sin saber qué hacer,
aún después de no haber sabido hacer algo.
Con las noches. Sin los contigos.
No fueron las estrellas ni la luz del día
aquello que tanto me inspiró.
Antes de ti, ya me había embriagado.
No fue aquel árbol que tanto combinaba con tu pelo.
Antes de ti, ya me había muerto por inagotables desvelos.
No fue por tu culpa que busqué aquellos versos,
ellos ya me habían seducido
y habían buscado seducir
a otras miradas que me apuntaron,
antes de ti.




10/4/09

Retorno (a color)

By LVI
Gusanito extraño... y fuera del estómago.
(Temporalmente)



Tengo un miedo terrible de escribir. No encuentro otra manera para comenzar esta nota y, a pesar de estar obsesionada con los finales "definitivos", tampoco sé cómo la terminaré.

Estoy en el punto ridículo donde uno intenta volver a la rutina, contar todo lo que ha sucedido y el inevitable "ha pasado mucho tiempo". Quisiera tener la fortaleza, la certeza y el poder para prometer que seguiré aquí, que escribiré, que acabaré lo que inicie, que, no sé. Decir todo eso que se debe decir cuando se supone que hay energías renovadas, que "ahora sí". Pero esta vez no quiero mentir, no quiero mentirme, no me da la gana. Ojalá fuese así.
Lo raro es que tengo más miedo a salir de este estado como si nada. De superar todo como si no tuviese importancia y, estoy consciente; no está bien.

Quise escribir mucho. Lo hice. Estuve desconectada del mundo y no me interesó. No era necesario. Hoy quiero seguir escribiendo arriesgándome a que el mundo me lea, que lea todas estas bobadas que parecen carecer de sentido, pero que, inexplicablemente, para mí son casi todo lo contrario. Casi. Ojalá tuviesen todo el sentido, al menos, para mí. Pero tampoco.
Estoy consciente, también, de que esta ha sido la entrada más vacía que he escrito (por ahí anda la más estúpida, creo recordar).


A quienes preguntaron, aquí estoy. A los que reclamaron, todo su derecho. A los que olvidaron, si algún día recuerdan, denme la receta.
A quien se le ocurra pasar: ¿qué tal?