13/12/09

¡Es contigo!




Dejar de escribirte es más difícil que dejar de fumar. Ésto último ya lo he hecho unas ocho veces. Pero amarrarme las manos, cortarme los dedos, prohibirles que abracen un lápiz, una pluma. Que no salten sobre el teclado del ordenador para gritar sobre los campos de texto todo aquello que mi boca no se arriesga a susurrar. Es sencillamente imposible.
Es verdad, daría la vida por ti de ser necesario, pero lo que más duele es saber que no te das cuenta que no me necesitas realmente y sigas insistiendo, buscando un encuentro que ni por error se va a dar.


Mira a tu alrededor, tienes todo lo que quieres y más aún, tienes a la persona que más quieres. Tú, por lo menos, figuras entre mis fotografías. Yo no estoy en el cuadro. Abre bien los ojos, presta atención. No te hago falta. Soy, apenas, una letra, un píxel, un kilobyte de memoria que he borrado de tu mentira. Desaparecí en ese remolino de fuego que es tu espalda. Te he hackeado la cuenta de los abrazos que me hicieron dejar de ser ese personaje inanimado. Todo fue ficción. Observa. Se están terminando los créditos, cariño. La película ya fue editada, recuerda. Sólo fui un "outtake".


Río al percatarme que esto no vas a leerlo y si lo llegas a hacer, por obra y gracia de algún afamado buscador, creerás que es para ti, te lo apuesto. Pero nunca lo sabrás.
Serás, en mi álbum, una imagen deteriorada por las décadas. Y en mi esencia/alma/mente/corazón, la certeza de que fui feliz un par de días y el lamento idiota de haberte dejado ir.




2 comentarios:

Kala dijo...

escribir es mágico... yo también he intentado dejar de fumar y lo he logrado, pero de escribir: jamás!!! no podría... sería matar algo en mi...
un abrazo!

LVI dijo...

Qué rico compartir esta "condición" crónica... Salud!